martes, 18 de enero de 2011

Crónica de la Gala 0 de OT8 (II) - Segunda Parte

Son las 2:30 de la madrugada y aún falta que el Jurado re-re-re-re-nomine otra vez y hacen una pausa publicitaria, y todos os preguntáis con un revolver en la boca a punto de suicidaros, ¡¿PERO AÚN HAY MÁS?!. Sí, aún hay Gala 0 para comentar!. Y como lo mejor siempre llega lo último (si no primero vendría el orgasmo y después el jincamiento en sí) he dejado a la mejor concursante de ésta edición para hoy. Es ella, la comunmente conocida como ¡La Ciega

 

O sea...

CORALUNA:
Coraluna ya nació para sufrir, con ese nombre de protagonista de telenovela venezolana. La Poco Cocida se una a otros ex-triunfitos con discapacidades, como Encanna la sorda o Elías el disminuído vocal. Además, Coraluna consiguió algo que ni Juan Camus pudo lograr en toda su existencia: ser nominada, salvada y de nuevo nominada en cuestión de quince minutos. Yo creo que la semana que viene la volverán a salvar, luego la nominarán otra vez para después ser salvada de nuevo y así en un bucle infinito hasta que acabe OT8, se apagen las luces y aún espere de pie sujetándose a una de las piernas rígidas abiertas de Pilar Rubio como un bastoncillo esperando que digan su nombre a ver si está nominada o salvada o qué cojones hace allí (como Encarna, que aún sigue reclamando su pizarra para votar). Si con eso no había suficiente, fue ninguneada por todos sus compañeros a lo Virginia y por Nina que cuando Pilar Rubio les anunció que la salvada del público había sido Coraluna puso una cara de poco feedback, se emociona más cuando va al super y encuentra de oferta el suavizante Condis con marsella. Luego encima la presentadora le engaña totalmente como si de Lydia Lozano se tratase diciéndole que no diga nada sobre la entrada de Geno cuando ya había salido hasta en WikiLeaks, y ella seguramente incluso en estos momentos va por La Academia escondiendo el secreto de Geno cuando le preguntan, como Amor su transexualidad dentro de la casa de GH y cuando Geno le habla se piensa que es alguna de las catorce mil canarias que han entrado este año a OT, que si ni nosotros les ponemos cara imagínate ella. Seguramente ni la hayan dejado dormir dentro de La Academia, estará fuera durmiendo en la intemperie. Y luego está el tema de su supuesta ceguera, existen teorías de que lo está fingiendo (recordemos lo bien que disimula que no conoce a Geno para nada), no sé por qué fin, igual por vagancia para que le acompañen a todas partes o para no tener que decirle a Nina lo mal que le sentaba el traje lila o para tener una excusa por si se le olvida alguna X y llama a a alguno de sus compañeros por un nombre normal. Pero definitivamente ve. Si no cómo se explica que durante su actuación (en la que no paraban de enfocar al padre de Brenda Mau no sé por qué) haya realizado todo el catálogo de gestos manuales de Chenoa, incluído el movimiento de cabeza “Estás aquí, no, no, estás aquí” (minuto 00:20), el movimiento circular del dedo indice sobre la cabeza o el “tú” señalando a alguien del público (minuto 00:08) (aunque mirase para la dirección opuesta por si las moscas). Y en los resumenes ha salido con unas gafas puestas. VERÍDICO. PILLADA DEL SIGLO. Más que cuando fue a ver Avatar y pidió las gafas del 3D. Lo próximo será ver a Enrique Anaut con vida o a Elías en la CNN hablando un perfecto inglés. Como en las mejores telenovelas, la desgraciada protagonista ciega recuperará la vista, al novio que se había líado con la mala y el vestuario con clase que nunca debió donar para caridad.



                                                       La nueva componente del Jurado de OT. Este año va a haber rock siniestro y vampirismo!

En cuanto al Jurado, con Risto en la cola del paro junto a Jesus Vázquez y a Silvia Jato (ésta ya lleva acampando un montón de tiempo, como un fan en la cola de un concierto), han metido a Eva Perales, que es pariente de Jefferson (tía-abuela o algo así) y es la VERDADERA REINA DE LA MALDAD. Risto lo fingía, como María del Monte en un boys y Cocó Comín hablaba con tanta dulzura y amor que ya te podía gasear en un campo de exterminio nazi mientras te insultaba como a un controlador aéreo que no podías más que sonreir mientras te ibas asfixiando lentamente. Pero la Perales, es de catálogo de mala de Disney, lo dice todo con auténtica maldad, perdonando vidas y frenando sus impulsos de escupir a los concursantes a la cara. Entre la Galera y la Perales, el Jurado tiene un auténtico morbo bondage BDSM que solo falta Tammy de La Casa de Tu Vida y que le pongan una máscara de cuero sin cremallera al viejo de El Conciertazo, que así al menos estará calladito y será menos muermazo. Y luego está el tío de La Unión, que ha mutado en Carlos Ferrando y tuvo un flash de alguna escapada a Filipinas y de transexuales y solo le faltó preguntarle el precio a Alexandra.

                                                                Nina Houston y sus costillas

Y a todo esto se le suma la re-admisión de Geno (que ha descubierto la existencia de las pinzas para las cejas) que si hubiese sido corista en Eurovisión de Chikilicuatre hubiese hecho el Robocop en vez del Brikindans; los videos que iban poniendo durante la gala en blanco y negro de los concursantes que parecía una campaña contra la violencia de género o la prevención del sida; la caída de Siray (el espíritu de Enrique Anaut, siempre presente) por las escaleras, a lo Nomi Malone de Showgirls (claramente la empujó Nina pues solo puede haber una pelocoños que cante como una negra verdulera del Bronx) o el glorioso comeback de Nina, que dejó la licra y las plataformas para calzarse tres metros de cortina lila, y salió a cantar con diez micros ya comidos y el que tenía en la mano a punto de ser engullido cada vez que abría una enorme boca tan grande como el mentón de Alba Lucía si tuviese una cavidad oral. La autora de libros de autoayuda tales como “El Secreto” o “Controlando Pero Fluyendo” volvió más Jodorowsky que nunca sintiendo nuestro feedback desde el pasillo de los cereales del Condis (seguramente le llamaban para que acudiera a caja).




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